Desde tiempos inmemoriales han existido las contadoras de historias. Como ya dice Ángeles Arrien en su libro «Las cuatro sendas del Chamán», contar historias forma parte de los cuatro bálsamos sanadores universales. Según yo lo siento, los cuentos tienen el poder de hacernos conectar con una sabiduría antigua, profunda y ancestral que todas portamos dentro y que, por tanto, forma parte del imaginario colectivo. Su simbolismo actúa como catalizador hacia nuestro yo más profundo y sabio, hacia esa parte de nuestra psique que no busca transitar por las sólidas y limitadas miras del intelecto, esa parte que nos une, de forma mágica, con todas las que fueron antes que nosotras. A través de los cuentos, conectamos con nuestra historia, con nuestras emociones, con las experiencias y los recuerdos que vamos atesorando a lo largo del camino. Esto nos llevará, sin duda, a abrir de nuevo nuestro corazón y a conectar con nuestra medicina.
